Por Alfredo García Pimentel
Hace
unos días, el colega Carlos Durán ofrecía sus valoraciones sobre la estructura
y el calendario vigentes para nuestra Serie Nacional de Béisbol. Ambos aspectos
organizativos del Clásico cubano de pelota ofrecen muchísimas aristas que
pulir… y por ello, ante una invitación a polemizar, no puedo más que ofrecerle,
según las propias palabras de Carlos, “mi Frankestein”.
Al
menos, puedo adelantarle que no tendrá 45 juegos, ni tanto descanso para los
peloteros, ni dependerá en demasía de la celebración del Clásico Mundial.
Primero,
hablemos de lo bueno que trajo el cambio. La mayor ganancia, a mi entender, fue
el regreso a 16 equipos y la desaparición de las zonas de clasificación.
En
la 51 SNB, la existencia de Metropolitanos fue un mero capricho de la Comisión Nacional
y conllevó a gastos adicionales. También obligó a un fatídico descanso cíclico
para cada conjunto, que tuvo tantas penas como glorias, y que, por suerte, se
eliminó.
En
cuanto a la geografía clasificatoria, eliminar el escalafón por zonas resultó
una decisión brillante. Si en nuestra pelota se juega la misma cantidad de partidos
contra todos los rivales, independientemente de su ubicación, entonces más
lógica resulta la actual forma de clasificación, precisamente por lo injusto de
la anterior. Incluso, ya pueden verse los resultados, con 6 equipos del
Occidente metidos en la segunda fase del presente torneo.
Otro
aspecto positivo de una Serie dividida en dos segmentos es el evidente renacer
de la combatividad sobre el terreno. Se luchó cada victoria, se sufrió cada
derrota y, aunque se bateó menos, hubo, creo yo, más espectáculo.
Sin
embargo, no soy de los que tapa el Sol con un dedo y esta estructura tiene
muchas lagunas. No me gusta, por ejemplo, solo 3 partidos contra cada rival. La Serie se hace corta, no hay
posibilidad de recuperación y se depende mucho de un calendario que, a lo
mejor, le deparó jugar de visitador con los 4 mejores conjuntos del campeonato.
Por
solo ofrecerle unos números, Villa Clara clasificó a la segunda fase gracias a
su desempeño como home club. Jugando en el Sandino, los Naranjas solo cayeron
en 4 de sus 21 partidos. Fuera de casa fue harina de otro costal, pues la tropa
de Ramón Moré apenas triunfó en 7 de las 23 ocasiones en que jugó, con un
choque sellado.
Pero,
en la carretera, Villa Clara enfrentó a Isla de la Juventud, Cienfuegos,
Industriales, Ciego de Ávila, Matanzas, Pinar del Río, Holguín y Artemisa. Si
se dieron cuenta, excepto los dos últimos, todos clasificaron.
En
fin, que hay que crear una estructura que aúne los criterios de los más
entendidos y que quite valor a la suerte de cruzar con rivales duros en
subseries consecutivas o de pasarse hasta 4 compromisos seguidos en la
carretera.
Teniendo
todo eso en mente, comulgo con algunos de los criterios de colega Carlos Durán,
aunque con ciertas variaciones.
Voto
por una Serie Nacional de 60 partidos, 4 contra cada rival, con subserie de 2
partidos en sedes alternas. Para organizar el schedule, me gusta la idea de
regresar a las parejas de calendario y efectuar 4 choques seguidos, con rivales
cercanos geográficamente. Estas medidas abaratarían con creces los costos de
transportación y alojamiento de una Serie Nacional.
Concluida
la clasificatoria, se efectuaría el Juego de Estrellas. Luego, los 8 mejores
jugarían como ahora: 6 partidos contra cada rival, con subseries de 3, hasta
totalizar 42 cotejos (21 en casa, otros 21 en la carretera).
Esta
fase incluiría la petición de refuerzos instaurada en la 52 SNB, una variante
que da juego a las principales figuras de los conjuntos no clasificados y
rellena las fisuras de los mejores combinados de la Serie, sumando ponches,
jonrones, bases robadas y fildeos al espectáculo.
Luego,
dos etapas de Play Off: semifinal y final, ambas al mejor de 7 choques… y así,
habrá un campeón.
Otros
temas, como el de un Campeonato Selectivo tras el calendario de la Nacional o el de la
participación cubana en la Serie
del Caribe, ameritan un nuevo comentario, pues constituyen tópicos delicados y
necesarios. Solo le digo, a usted y a mi amigo Carlos, que hay que jugar más
pelota en Cuba, si el deseo es el de regresar a los resultados de antaño… y que
no todas las temporadas contarán con un Clásico Mundial.
Lo
mejor de todo esto radica en que cada cual tiene sus opiniones al respecto… y
ya le veo en la cara las ansias de rebatir mis criterios. Hágalo y así
entraremos en sana polémica, que mucho bien hace a nuestra pelota y que
demuestra que la presente, sin dudas, es la estructura de la discordia.
Alfre: Yo fui de los que voté a favor de la actual serie, de su estructura. Para mi no era la ideal pero al menos al casi entrar en esta segunda etapa veo que para mi gusto se cumplieron las expectativas de cada subserie fuera un play off, de que los equipos no guardaran para mañana.
ResponderEliminarCasi me mandan a callar cuando toqué el tema de Metros, por fortuna alguna vez se oyeron 9 millones de voces y no 1,5 fanáticos capitalinos.