Rafael Varane fue el sorpresivo héroe del Clásico |
Por Alfredo García Pimentel
Ese,
exclusivamente, es el calificativo que todos los entendidos en materia
futbolística otorgan al partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey, entre el
Barcelona y el Real Madrid. Lo cierto es que no hay otra palabra para describir
tal espectáculo, aun cuando faltaron los goles y quedó un empate que deja
abierta la eliminatoria.
Sobre el
terreno del Santiago Bernabeu, el Barça confirmó con creces su banderín de
favorito. Dominó los hilos del partido, controló el balón y mereció ganar.
Sin
embargo, si aplastante fue el yugo culé, con un Andrés Iniesta ido de
revoluciones, mayor resultó su benevolencia de cara a puerta. Fallos
imperdonables frente a los palos de un debutante Diego López dieron alas a un
rival mermado que, no obstante, se aferró con uñas y dientes a la semifinal.
Del lado
merengue hubo un héroe sorpresivo, pues el jovencito Rafael Varane, desde el
eje de la defensa, se echó el equipo a cuestas en su primer Clásico. Sobrio en
la destrucción del juego rival, Varane metió su pierna tres veces para salvar
el arco blanco y, por si fuera poco, mostró oficio en el juego por alto y
anotó, de cabeza, el gol salvador para su club.
Ni Messi,
ni Cristiano Ronaldo fueron decisivos. Contrario a lo ocurrido en otros choques
de este tipo, ninguno pesó sobre la cancha y poco aportaron a sus respectivas
causas, con nula influencia en el marcador final.
El
resultado, si se analiza fríamente, favorece al conjunto catalán. El empate a
uno a domicilio obliga al Real Madrid a ganar en la vuelta o, al menos, buscar
otro abrazo a un gol para forzar la prórroga. Empate a cero, gana el club
blaugrana; igualada a dos o más anotaciones, y gana el merengue.
Sin
embargo, no es menos cierto que el 1-1 final de la ida hace mucho bien a los de
Chamartín. Téngase en cuenta que jugaron con grandes ausencias en su plantilla,
que su crack no rindió a su acostumbrado nivel y que estuvieron sin balón gran
parte del encuentro. Queda, entonces, un rayo de esperanza para los
capitalinos, que esperan ir al Camp Nou, ahora sí, con toda la banda.
Podrán
hacerlo porque habrá que aguardar todo un mes para la visita a Barcelona,
prevista para el 27 de febrero. Amarga la espera hasta entonces, cuando
conoceremos al primer finalista de la
Copa del Rey 2013. Esperemos presenciar, entonces, otro
Clasicazo.
No se puede perdonar tanto a un rival como el Madrid. La primera mitad pareja y los antibarcelonistas preguntando por Messi (como lo extrañan, aunque no vieron el gran marcaje de Xabi Alonso y el Arb) pero en la segunda la mala puntería condicionó los blancos se recuperaran.
ResponderEliminarEl muerto es muerto, le tienes que dar en el piso, si se levanta... Buen partido para el Real que aguantó con la banca pero el Barça se lleva el punto y el gol doble de visitante.