viernes, 22 de febrero de 2013

¿Cuba vs Profesionalismo? (Parte I)



Por: Carlos Durán de la Cruz
Yumilka juega actualmente en un club ruso
Movimientos tectónicos en el béisbol como la finalizada Serie del Caribe 2013 y el próximo Clásico Mundial de las bolas y los strikes, han ocasionado réplicas de diversas procedencias y fines. Una de ellas ha sido la especulación del gran esplendor del team Cuba si contara con sus estrellas profesionalizadas en el exterior.
Ante tal fenómeno e inspirado por un comentario realizado por determinado lector de “Epicentro Deportivo”, me lanzo a la web como se lanza un clavadista al tanque acuático, con seguridad, pero con la dolorosa posibilidad de fallar y de ser blanco de comentarios de subjetivos jueces.

No me concentraré solo en el chance de contar con los peloteros que han abandonado al béisbol de Cuba, voy a la raíz; mi bola pica y se extiende a todo el mundillo deportivo. Lo del Clásico es más complicado pues sobre él flota la bandera de la política, acentuado por ser el béisbol otro tema político en este, mi país.
Mis palabras van dirigidas a tratar lo más sencillo de un laberíntico y minado tema: la  posibilidad del profesionalismo en La Mayor de las Antillas. (Y no escribo poco, pues es imposible… pero tampoco lo necesario).
De rojo y de negro, como la legendaria novela, hay en el mapa. Sin mirar fuera de nuestras fronteras encontramos polos opuestos en este panorama  y no me refiero a la mil veces recurrida idea de que muchos deportistas cubanos son profesionales, sino al profesionalismo como concepto económico-deportivo.
En los tiempos modernos la idea de insertar en Cuba este fenómeno constituye una utopía, pero sí es realidad cuando determinados atletas cubanos compiten en el exterior. Ese es un camino que se debe aprovechar y que no restaría mérito al deporte cubano en su base popular, su objetivo social y de derecho para todos.
Voy al pollo del arroz con pollo, los principales deportistas en disciplinas como el atletismo y el ajedrez, por citar los principales ejemplos, fungen hoy como atletas profesionales. Lo son pues compiten en eventos internacionales con premios económicos aunque el aparato profesional y diplomático detrás de ellos aún no posea las características del resto del mundo.
Que no todo el monto lo cobren los atletas es otro fenómeno, pues sin ánimo de cotorrear, la inversión para la formación de atletas en Cuba es grande y debe existir una retroalimentación, aunque no digo que este punto se maneje de manera perfecta en la actualidad.
Mucha lasca da ese queso pero aterrizo de nuevo. Si determinados nombres en Cuba actúan como profesionales ¿Por qué no abrir, poco a poco esa puerta, según convenga a todos?
Ya mencioné que la inversión del  gobierno cubano en la formación deportiva es amplia ¿Y acaso no es el profesionalismo un modo económico de recuperar,  invertir y desarrollar?
Ah, lo que la fórmula, a mi entender, debe ser distinta y no copiada de geografía alguna; adaptada a los intereses cubanos, a los calendarios competitivos… Incluso ni los diversos deportes tienen razón para semejarse en el modo de hacerlo…

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