jueves, 21 de febrero de 2013

Bayern y Oporto jugaron como campeones




                      Por: Andy Luis Leal

El Bayern de Múnich y el F.C. Oporto jugaron con la grandeza de su escudo ante rivales complicados en los que parecían los choques más igualados de esta semana en los octavos de final de la UEFA Champions League. 

Bayern hizo pesar su historial de 4 títulos en la máxima competición continental sobre un Arsenal timorato que nunca ha podido triunfar en Europa, asignatura pendiente de Arsene Wegner. Por su parte los dragones de Portugal sacaron la experiencia de 2 Champions, la última en 2004 con Jose Mourinho, para vencer a un debutante como el Málaga con demasiado miedo escénico.


Los alemanes del Bayern Múnich aplicaron un fútbol metódico en Londres para anular al Arsenal y llevarse del Emirates un 1-3 que deja casi cerrada a su favor la eliminatoria de octavos de final de la UEFA Champions League.
En un campo que olía a la pólvora de los cañoneros locales, quedó claro desde el primer minuto que el Bayern llegaba a Londres dispuesto a hacer valer su estilo bélico, mientras que la tarea del Arsenal iba a ser tratar de colarse por los espacios que dejara libres la rígida formación de los de JuppHeynckes, gracias a las bajas de Boateng y Badstuber, sustituidos por Van Buyten.

El punto débil de los tanques teutones lo encontraron enseguida los locales por la banda derecha, donde el lateral austríaco David Alaba sufría al español Santi Cazorla y el inglés TheoWalcott, que desbordaban  a su placer para buscar el centro.

El Arsenal se mostraba explosivo y desquiciaba a la defensa visitante con arranques de estos genios, pero los alemanes funcionaban como una máquina de relojería y sólo dejaron correr siete minutos antes de apaciguar a la hinchada del Emirates Stadium con su primer gol.

Müller se hizo con el balón tras una recuperación y recorrió sin oposición la banda derecha para lanzar un centro que el defensa belga Thomas Vermaelen no pudo más que rozar con la punta de la bota y que Kroos acabó rematando a la red con una volea espectacular.

La presión del Bayern y la incapacidad de los ingleses para sobreponerse a un tanto temprano con el que no contaban hacían presagiar un segundo jarro de agua fría que heló al público de Londres en el minuto 21.

Ni el portero polaco Wojciech Szczesny ni el central francés Laurent Koscielny acertaron a despejar un balón de la línea de gol a la salida de un córner, y Müller, el más listo de todos aprovechó la ocasión para empujarlo al fondo de la portería.

En tan solo veinte minutos, los Gunners habían pasado de la inspiración a la desesperación, y el árbitro noruego SveinOddvar  tuvo que hacer uso de las tarjetas para mantener controlado el encuentro ante el juego duro que practicaban los ingleses por momentos y que los visitantes no dudaban en responder.

Wenger, con 16 años de experiencia al frente del banquillo del Arsenal, convenció a los suyos en el descanso de que los bávaros no son invencibles, gracias al ejemplo de sus vecinos del Chelsea en la pasada final. Apenas comenzar la segunda parte, los ingleses encontraron por fin una grieta en la defensa visitante, a la salida de un córner. El portero Neuer, de pésimo partido salió a hacer el pato y Podolski (exjugador del Bayern) fiel a la Ley del Ex devolvió los ánimos a los seguidores ingleses que hace ocho años que no ven levantar un título a su equipo.

El tanto inspiró a un Arsenal que comenzó a preocupar, ahora sí, a Neuer con varias llegadas, pero el Bayern supo rematar el partido en su peor momento. A diez minutos para el final, con el público entregado a una posible remontada del Arsenal, el defensa francés Bacary Sagna y el arquero Szczesny no se entendieron para despejar un balón que tocó Mandzukic antes de entrar, por tercera vez, en la portería gunner. El croata demostró su estado de gracia y dejó sentenciada la eliminatoria, pues el Bayern nunca ha sido remontado con esa diferencia en Múnich.

El otro choque que a priori parecía más parejo terminó con un dominio abrumador del Oporto sobre el Málaga en Do Dragao. Aunque el resultado de 1-0 deja abierta una ventana de esperanza a los españoles. La presión de debutar en los octavos de Champions atenazó al once de Pellegrini.

El gol de Moutinho premió la tenacidad del equipo portugués, más pujante en todas las vertientes del encuentro que el tímido Málaga, que empañó en el estadio Do Dragao su inmaculada actuación en la presente edición de la UEFA Champions League. El intenso dominio blanquiazul mantuvo siempre en alerta a la retaguardia del equipo español. Los contenciones Iturra y Toulalan tuvieron un trabajo extraordinario para contrarrestar al centro del campo local.

Liderados por el dinamismo del internacional portugués Joao Moutinho y la presión del brasileño Fernando, los locales acorralaron por momentos al Málaga, en el que Joaquín e Isco apenas entraron en contacto con el balón.
En el segundo tiempo el lateral brasileño Sandro, un portento físico y técnico, se disfrazó de medio creativo y colocó un pase que Moutinho aprovechó en claro offside  para rematar a gol al primer toque y fusilar a Willy Caballero.

Con ventaja en el marcador, Vítor Pereira dio minutos al colombiano James Rodríguez, recientemente recuperado de una lesión. "El niño maravilla" irrumpió enseguida con una acción individual que acabó en un disparo ajustado al poste. A pesar del gol recibido, el Málaga continuó arrinconado sin poder mostrar un de sus principales señas de identidad: la posesión del balón.

Tanto fue el miedo del Málaga y la superioridad del Oporto, que el conjunto español terminó el partido sin una ocasión de gol. La vuelta se jugará dentro de tres semanas en La Rosaleda donde la afición malagueña debe surtir efecto sobre unos dragones dispuesto a reeditar viejas glorias.


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