En pocos días se hará realidad una
de las mayores novedades de la recién estrenada estructura de las Series
Nacionales de Béisbol en Cuba. El próximo domingo, según anuncio oficial del
máximo órgano rector de la pelota en este archipiélago, los 8 equipos
clasificados para la segunda fase del clásico nacional pedirán sus refuerzos.
Los nuevos efectivos, como es
sabido, emanarán de los conjuntos que no lograron el cupo a la fiesta post
Clásico y que ya, a los efectos reales, dejaron de vivir el sueño de ser
campeones. Por tanto, en aras de seguir adelante y darle juego a los mejores
peloteros del país, los managers agraciados con la clasificación echan mano a
una de las frases más usadas de la
Historia: me refuerzo,
luego existo.
Según declaraciones de Higinio
Vélez, comisionado de la disciplina, el draft
cubano ocurrirá el 10 de febrero, desde las 2 de la tarde y podrá seguirse a
través de la Televisión. Las
peticiones, al más puro estilo de esos pitenes infantiles en que lanzábamos el
bate para ganar el derecho de tener a los mejores de nuestro lado, reforzarán a
cada conjunto con 5 jugadores.
Como también se ha dicho, pedirá
primero Pinar del Río, octavo posicionado entre los que accedieron a la última
escala rumbo a la disputa por el gallardete.
Dicho esto, y con la aclaración a priori de que me gusta la idea de
concentrar la calidad en el final de la Serie, debo decir que esta gaveta tiene
cucarachas.
Por ejemplo, no me parece justo
que al llegar los refuerzos, 5 peloteros de los equipos clasificados deban
hacer sus maletas e irse a la reserva. Corríjanme si me equivoco, pero esos
jugadores serán, casi todos, jóvenes figuras que quedarán sin juego al máximo
nivel; también podría pasar que, aunque en menor medida, también hayan aportado
lo suyo a la clasificación de su equipo.
Reforzado ya el conjunto, queda
por ver si los arribantes serán regulares en la alineación. Lo lógico es que lo
sean, pero ¿y si no? En ambos casos, el papel del psicólogo tendrá ribetes
decisivos. En cualquier caso, el mero hecho de vestir un uniforme diferente,
con días de diferencia, afecta el ánimo del más pinto de la paloma.
¿Y qué pasa si los refuerzos no
rinden lo esperado… o si se lesionan… o si cometen indisciplinas? ¿Habrá
oportunidad de sustituirlos? ¿Será con otros refuerzos o con jugadores de la
reserva? ¿Podrán bajarse los refuerzos al segundo equipo?
Como ven, son demasiadas dudas con
muy pocas certezas. De ahí que la duda cartesiana siga rondando a esta novedad
de nuestras Series Nacionales, que esperamos, sirva en definitiva, para
mejorarlas, en pos de un mejor espectáculo.
Por lo pronto, los que todavía
luchan por ser campeones (Sancti Spiritus, Cienfuegos, Industriales, Matanzas, La Isla, Villa Clara, Ciego de
Ávila y Pinar del Río) pedirán sus refuerzos este domingo. Alfredo Despaigne,
Alexei Bell, Ernesto Molinet, Dainer Moreira, Yordan Manduley, Yoenis Sutheran
y otros vestirán nuevos uniformes… esperemos que sea para bien.
Esperemos que, al final, la frase
cambie, al menos para uno de los clasificados, ya convertido en campeón: me reforcé… y gané.
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