Por: Carlos
Durán de la Cruz
Los terrenos cubanos tienen mucho que mejorar |
La pasión deportiva solo es verdadera cuando se aman a la vez la cumbre
y la base del deporte, como el alpinista no puede disfrutar la cima sin cada
reto de la escalada. Tras este aterrizaje les comento que hace pocos días finalizó la Copa Interbarrios
de Fútbol en Sagua la Grande,
(primer escalón de la primera categoría en Cuba).
Alejo de estas líneas los marcadores, los equipos, los goleadores y
otros pormenores, de este necesario campeonato de cuarta categoría. Pretendo
volver sobre un viejo reclamo de los amantes del balompié en estas tierras y
que no es exclusivo de este municipio cubano. Antes de iniciar, abro un
paréntesis, y reconozco la falta de recursos, pero tengo que señalar la pereza
y el desinterés. Mi grito es por la no subdesarrollada idea de gozar de un
terreno de fútbol que, al menos, no dé tanta vergüenza como el actual.
Si bien este mal azota a las canchas oficiales de toda Cuba, (ahora
dicen “los de arriba” que se modernizará con “categoría internacional” la
cancha de Zulueta), lo de mi terruño sagüero le saca las lágrimas a los
futbolmaníacos y las suelas de las zapatillas a los practicantes.
Solo reclamo hierba y tierra, nada más. Los campeonatos en este municipio
acontecen en el terreno situado al lado de la Escuela Secundaria
“Máximo Gómez”. Más que un terreno de fútbol parece un campo de tortura, donde
la hierba es extraña y las piedras reinan, donde el mínimo resbalón puede
rasparte hasta la foto del carnet de identidad, aunque no lo lleves arriba.
Así, entre otros detalles, no puede desarrollarse el balompié en la Mayor de las Antillas. Y es
que este terreno no brinda nada bueno, pues tampoco reúne las medidas oficiales,
cuestión que obliga a jugar un “siete contra siete”.
Tal desventaja resulta un freno importante para el desarrollo táctico de
los jugadores sagüeros que enfrentan el campeonato provincial con pocos días de
preparación dentro de las medidas oficiales y jugando once contra once, como debe
ser.
Para colmo, en tal evento se compite en el área verde del campo de
béisbol local. Hasta ahí la lista de defectos, aunque brincando de deportes, la
práctica de fútbol en el estadio de pelota ha afectado el relieve del mismo.
Sagua es uno de los municipios de mayor tradición de fútbol en Villa
Clara. Cuenta con hombres que se han incluido en la selección nacional; este
deporte es el de mayor popularidad, al menos en la juventud y aun así, nada de
nada con la necesidad de un terreno. Y hablo solo de uno, cuando deberían
existir más.
De hecho, la poca fuerza del Interbarrios y las “manchas” mencionadas,
afectan la inclusión de practicantes de los poblados alejados de la cabecera
municipal, pues no hay más sede para competir y chocan ante el problema del
transporte. Incluso alguno puede ver frenado su desarrollo aunque, tenga la
calidad para incluirse en el equipo municipal.
Lamentable, el hecho de la pereza y del olvido, también le pasó factura al terreno existente en Sitiecito, creado gracias al apoyo de la Peña Deportiva
“Hermanos Torres”. Ahora es un jardín para el pastoreo de chivos y el
“florecer” del marabú.
Ese movimiento popular también puede dar su pequeño aporte, pero no debe ser el protagonista de la acción. Muchos detalles quedan en el aire, pero el mal existe. Ojalá y en un futuro no lejano, dedique palabras de elogio para un campo de fútbol en mi Sagua la Grande.
Ese movimiento popular también puede dar su pequeño aporte, pero no debe ser el protagonista de la acción. Muchos detalles quedan en el aire, pero el mal existe. Ojalá y en un futuro no lejano, dedique palabras de elogio para un campo de fútbol en mi Sagua la Grande.
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