jueves, 14 de febrero de 2013

Fútbol en la base: De terrenos y otros demonios


Por: Carlos Durán de la Cruz
Los terrenos cubanos tienen mucho que mejorar
La pasión deportiva solo es verdadera cuando se aman a la vez la cumbre y la base del deporte, como el alpinista no puede disfrutar la cima sin cada reto de la escalada. Tras este aterrizaje les comento que hace  pocos días finalizó la Copa Interbarrios de Fútbol en Sagua la Grande, (primer escalón de la primera categoría en Cuba).

Alejo de estas líneas los marcadores, los equipos, los goleadores y otros pormenores, de este necesario campeonato de cuarta categoría. Pretendo volver sobre un viejo reclamo de los amantes del balompié en estas tierras y que no es exclusivo de este municipio cubano. Antes de iniciar, abro un paréntesis, y reconozco la falta de recursos, pero tengo que señalar la pereza y el desinterés. Mi grito es por la no subdesarrollada idea de gozar de un terreno de fútbol que, al menos, no dé tanta vergüenza como el actual.

Si bien este mal azota a las canchas oficiales de toda Cuba, (ahora dicen “los de arriba” que se modernizará con “categoría internacional” la cancha de Zulueta), lo de mi terruño sagüero le saca las lágrimas a los futbolmaníacos y las suelas de las zapatillas a los practicantes.

Solo reclamo hierba y tierra, nada más. Los campeonatos en este municipio acontecen en el terreno situado al lado de la Escuela Secundaria “Máximo Gómez”. Más que un terreno de fútbol parece un campo de tortura, donde la hierba es extraña y las piedras reinan, donde el mínimo resbalón puede rasparte hasta la foto del carnet de identidad, aunque no lo lleves arriba.

Así, entre otros detalles, no puede desarrollarse el balompié en la Mayor de las Antillas. Y es que este terreno no brinda nada bueno, pues tampoco reúne las medidas oficiales, cuestión que obliga a jugar un “siete contra siete”.

Tal desventaja resulta un freno importante para el desarrollo táctico de los jugadores sagüeros que enfrentan el campeonato provincial con pocos días de preparación dentro de las medidas oficiales y jugando once contra once, como debe ser.

Para colmo, en tal evento se compite en el área verde del campo de béisbol local. Hasta ahí la lista de defectos, aunque brincando de deportes, la práctica de fútbol en el estadio de pelota ha afectado el relieve del mismo.

Sagua es uno de los municipios de mayor tradición de fútbol en Villa Clara. Cuenta con hombres que se han incluido en la selección nacional; este deporte es el de mayor popularidad, al menos en la juventud y aun así, nada de nada con la necesidad de un terreno. Y hablo solo de uno, cuando deberían existir más.

De hecho, la poca fuerza del Interbarrios y las “manchas” mencionadas, afectan la inclusión de practicantes de los poblados alejados de la cabecera municipal, pues no hay más sede para competir y chocan ante el problema del transporte. Incluso alguno puede ver frenado su desarrollo aunque, tenga la calidad para incluirse en el equipo municipal.  

Lamentable, el hecho de la pereza  y del olvido, también le pasó factura al terreno existente en Sitiecito, creado gracias al apoyo de la Peña Deportiva “Hermanos Torres”. Ahora es un jardín para el pastoreo de chivos y el “florecer” del marabú.

Ese movimiento popular también puede dar su pequeño aporte, pero no debe ser el protagonista de la acción. Muchos detalles quedan en el aire, pero el mal existe. Ojalá  y en un futuro no lejano, dedique palabras de elogio para un campo de fútbol en mi Sagua la Grande.

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