martes, 19 de marzo de 2013

Este es "nuestro nivel"



Por: Daniel García Pérez

Por estos días toda Cuba al igual que el resto del mundo vive out tras out y strike tras strike las incidencias del Tercer Clásico Mundial de Béisbol. Sin embargo, la mayoría de las expectativas y esperanzas estuvieron centradas en nuestra selección nacional, la cual ha realizado, por mucho, la mejor preparación de los últimos años.

Con balance de cuatro victorias y dos derrotas -versus Holanda ambas-, en el magno evento, los criollos vieron escapar el pasado lunes 11 de marzo los sueños de estar entre los cuatro grandes del béisbol actual tras la derrota sufrida en un trepidante partido ante el elenco holandés.


Más allá de cualquier valoración que se pueda hacer respecto a si algún jugador bateó o no en el momento oportuno, a si cometió errores mentales o de los que se anotan o no, o si simplemente no fue capaz de tocar la bola cuando se le indicó, debemos analizar la calidad exhibida por nuestro verdugo de los dos descalabros sufridos durante este Clásico.

El equipo de Holanda actual campeón del último mundial celebrado por la Federación Internacional de Béisbol (IBAF) en 2011 y ganador de cinco de los últimos seis encuentros celebrados entre ambas selecciones, parece que definitivamente nos tiene la medida muy bien tomada. Son exactos en su juego, fieles a una disciplina técnico-táctica exquisita, cuentan con un cuerpo de pitcheo sin grandes nombres pero sí con resultados, una ofensiva que produce con corredores en posición anotadora y de un aceptable contacto. Por último y no menos importante son dueños de un trabajo en equipo envidiable por cualquier otro conjunto.

Como cubanos, fieles seguidores de nuestro equipo en toda competencia, nos cuesta mucho trabajo reconocer, cuando perdemos, la calidad del rival enfrentado. Las justificaciones llueven todavía por estos días y se seguirá hablando de este tema, interminable para todo aficionado.

Creo que la dirección del equipo fue muy osada y valiente al tomar varias decisiones muy polémicas y sobre las cuales también recaen las posibles responsabilidades. Sin embargo, al margen de todo es válido reconocer que se luchó hasta el último out con lo que teníamos disponible en ese momento.

La respuesta a la derrota es solo una y muy sencilla este es nuestro nivel ahora mismo en la pelota internacional. Mañana, quizás tengamos el mejor equipo del mundo o rompamos récords de ganados en los venideros clásicos mundiales pero HOY, este es nuestro nivel y debemos aceptarlo de una vez para no continuar sufriendo desengaños.

De la derrota se obtienen miles de reflexiones y análisis, de sacarle un buen provecho dependen nuestras próximas actuaciones en la arena internacional.

Por ahora el béisbol cubano debe centrarse en ofrecer un verdadero espectáculo en la llamada segunda fase de la Serie Nacional 52 que cuenta con un novedoso formato en esta ocasión. Mejorar el trabajo desde las categorías infantiles hasta la pelota a nuestro máximo nivel y sobre todo ser exigentes con cada atleta tiene que ser la vía para llegar, más temprano que tarde, a elevar definitivamente nuestro nivel.






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